El Laboratorio de Tecnología de Aguas del Centro INTI – Química realiza análisis físico-químicos de aguas, en su gran mayoría para consumo humano y para uso en servicios de hemodiálisis. Asimismo, esta área del Instituto brinda la posibilidad a laboratorios externos de participar de “ensayos interlaboratorio” que dan lugar a un informe-certificado sobre su desempeño, entre otros servicios.

Análisis microbiológico de agua potable*

El agua que consume una comunidad está relacionada con la salud de las personas que la integran, por lo tanto es necesario conocer su calidad. Ésta varía de un lugar a otro, dependiendo de las condiciones de las fuentes de agua y el tratamiento que la misma recibe. En las grandes ciudades, el agua proviene de fuentes superficiales tales como lagos, ríos, embalses; mientras que en las áreas rurales generalmente las personas toman agua de fuentes subterráneas que se bombea a través de un pozo. En ambos casos, es básico proteger las fuentes de agua, lo cual se logra mediante el control y monitoreo de las actividades industriales, recreacionales, domésticas y agrícolas, detectando y eliminando las causas de contaminación.

Sin embargo, como se mencionó anteriormente, la calidad del agua también varía de acuerdo al tratamiento que recibe. El proceso convencional consta de coagulación – floculación – sedimentación; filtración y desinfección. Este tratamiento debe asegurar una remoción de microorganismos adecuada y permanente. Los contaminantes más comunes que se pueden encontrar en el agua son físicos, químicos o biológicos. Dentro de estos últimos existe contaminación por desechos industriales, animales salvajes y líquidos cloacales que tienen una gran cantidad de microorganismos patógenos, como por ejemplo:

· Bacterias: Escherichia coli, Salmonella, Shigella, Legionella, etc. 
· Virus: adenovirus, rotavirus, etc.
· Parásitos: Giardia, Cryptosporidium, etc. 
Estos microorganismos pueden producir gastroenteritis (diarreas con o sin sangre y dolores abdominales), vómitos, fiebre, hepatitis A, Síndrome Urémico Hemolítico, etc.

En el análisis de rutina que se realiza en los laboratorios del INTI se buscan los microorganismos “indicadores” presentes en el agua. La cuantificación de los mismos permite predecir la ocurrencia de un patógeno específico o de un grupo de ellos. La búsqueda de estos indicadores de calidad de agua permite identificar la contaminación fecal de las fuentes, demostrar que el tratamiento y la desinfección operan correctamente, alertar por posibles ingresos de contaminación en el sistema y monitorear el estado general del sistema de distribución. Las determinaciones que incluye un análisis de rutina son las solicitadas por el Código Alimentario Argentino (C.A.A.).

Si bien estos microorganismos patógenos pueden existir en el agua, no necesariamente causan enfermedades, pues es necesario considerar la intervención de otros factores tales como el nivel de inóculo del patógeno presente; la edad y estado fisiológico de la persona, etc. No obstante, un buen tratamiento de potabilización del agua debe asegurar la eliminación de todos estos microorganismos.

Análisis químico del agua: potabilidad y posible presencia de PCBs**

Para establecer la potabilidad del agua se realizan ensayos en forma periódica y de carácter obligatorio que determinan el color, olor, turbiedad, pH, residuo fijo, conductividad, dureza, calcio, magnesio, alcalinidad, sulfato, nitrato, nitrito, amonio, cloro residual y oxidabilidad. Los estudios de potabilidad del agua y la posible presencia de Bifenilos Policlorados (PCBs) son exigidos por el Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria (SENASA) a la industria frigorífica cárnica, además de realizarse para particulares que lo soliciten.

Un interés particular reviste la determinación de nitratos, nitritos, amonio y cloro residual. Una excesiva exposición a nitratos y nitritos trae como consecuencia la formación de compuestos que impiden la liberación de oxígeno en los tejidos. Los nitratos agravan el problema por su acción vasodilatadora. Si bien el organismo tiene un mecanismo de defensa, éste no está completamente desarrollado en lactantes de hasta tres meses de edad, para quienes la presencia de estos elementos en el agua pueden ser altamente peligrosos. Además, es preciso tener en cuenta que los lactantes ingieren una mayor cantidad de líquido en relación con su peso que los adultos. 
En otro orden, la aparición de amonio es un indicador de probable materia orgánica en descomposición: presencia de microorganismos. 
En cuanto al cloro activo, siendo un poderoso desinfectante, se requiere una cantidad mínima (y máxima) para asegurar la calidad.

Por último, los PCBs son conocidos por su probable acción cancerígena y por provocar otros importantes trastornos para la salud en animales y humanos.

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